
Antonio José de Almeida combina en esta obra su profundo conocimiento eclesiológico con un celo apasionado por la vida de las comunidades y la fidelidad al Espíritu. Evalúa textos del magisterio de la Iglesia con serenidad y objetividad, al tiempo que con la libertad y el ejercicio crítico que requiere un quehacer teológico responsable para confrontarlos con los retos del presente.